VALENTINA Y EL SOL
¿Alguien de ustedes ha vivido algo parecido a lo de Valentina? Ella es una niña de 8 años, activa y alegre, que le encanta cantar, jugar con su hermanito Rafael al volver de la escuela, preparar a Luna su perrita y a Aslan, el perro, para sacarlos a pasear con su mamá y su papá. A Ailin, la gata, nunca la pueden llevar porque solo baja del techo cuando ella le grita ¡a comer! Pero vuelve a subir rápidamente para ver al gato de la vecina.
La Vale está un poco triste. Algo pasa. ¿Qué será? Mamá y papá no están como siempre, los nota distraídos o como pensantes. Es raro, no la dejan faltar al colegio y ya pasaron muchos días que no va. Extraña los recreos con sus compañeras y compañeros que le cuentan cosas tan entretenidas de otros lugares: Venezuela, Bolivia, Ecuador, hasta de China ¡super lejos China! Quizás algún día ella también pueda conocer los países de sus amigas y probar todas esas cosas ricas que ellas le cuentan que comen. Tampoco ha visto a sus abuelos ni han salido al parque los fines de semana, si sus papás siempre le dicen ¡no te quejes, tienes tanta suerte de vivir en Recoleta justo frente al Forestal! Ni a comprar a La Vega o al Tirso, ahora solo va el papá o la mamá, pero antes los acompañaba y ella podía elegir su fruta favorita, entre todas esas manzanas, naranjas, peras, plátanos, piñas y kiwis. Y peor, cuando el papá regresa de la calle, no la abraza como antes, pasa directo al baño, casi corriendo, como asustado.
A veces Valentina habla con sus amigas y ellas le han dicho que en su casa las cosas andan igual. Mira por la ventana y está todo cerrado, pocas personas en las calles, y ella que ya se había acostumbrado a ver pasar harta gente por las tardes, justo por abajo, por la avenida Santa María, es que regresaban de las marchas y con su hermanito salían al balcón a mirarlos, les gustaba.
Una tarde, cuando almorzaban, le preguntó a sus papás qué estaba ocurriendo, total, ellos siempre le dicen que si algo le pasa debe contar y si tiene dudas, preguntar. Como aún es pequeña, ellos le explicaron de manera simple. “Vale, hay un virus, el coronavirus”. ¿Por qué, por qué se llama coronavirus? Pues porque tiene forma de corona. Después ella buscó una foto ¡y verdad!, es como una pequeña pelotita con corona. “El virus llegó a todas partes del mundo, eso es una pandemia, y puede contagiar a mucha gente”, desde bebés a adultos mayores. Eso último no se lo dijeron los papás, pero ella lo vio en la tele y había quedado muy preocupada, por lo de los bebés, “es que mi hermano tiene un añito nomás”, pensó. También le hablaron que lo bueno es que se pueden hacer cosas para no contagiarse, por eso hay que quedarse en la casa y no juntarse con otras personas.
Como la Valentina tiene una tía enfermera, corrió a llamarla. ¿Se puede hacer algo para curar el virus? Su tía le explicó que hasta ahora no hay un remedio ni vacuna, pero como ella ya sabía, hay que lavarse siempre las manos, taparse la boca al toser, usar mascarilla y estar en cuarentena. La palabra es rara pero significa eso que le dijeron, estar en la casa sin salir por un tiempo. Eso alguna gente puede hacerlo y otra no. Con su hermano no saldrán, pero su mamá y papá si, algunas veces a comprar y otras a trabajar.¿A trabajar? Claro, le respondió su mamá, “hay gente como nosotros que debe seguir trabajando afuera porque se necesita generar dinero para comer, y como la cosa está difícil también se hacen las ollas comunes, algo muy lindo porque en los barrios se cocina en unas ollas grandes y se reparte la comida entre muchas familias”. Ahí se acordó que una vez ya le habían explicado eso porque cerquita de su casa, en Plaza de la Dignidad, estaban haciendo una, ella pensó que era una fiesta tradicionalo algo así, pero no, era una “olla común”.
Ahí las conoció.
¡Yo quiero participar de una olla común! “Tú no puedes salir”, le dijo su papá, pero tuvieron una idea super buena, juntaron alimentos y el papá los pasaría a dejar para apoyar la olla. También decidieron ver menos noticias “porque mucho ya”, dijo la mamá. Ya está bien la Valentina. Igual quiere que pase lo del coronavirus, la pandemia, la cuarentena. Ella leyó en internet que en el mundo ya hubo otras pandemias antes, y su tía, la enfermera, le confirmó que sí, que duran un tiempo pero se acaban. Entonces está esperando que termine. Sabe que todo pasará, que volverá a salir con su hermanito, regresará al colegio, verá a sus amigas y amigos, y tomará el sol en las calles ¡Es que a la Vale le gusta tanto tomar el sol, mirar hacia el cielo y cerrar los ojos mientras siente el calorcito!
Gladys Rociof. (Isadora González, 5to básico, Liceo Juan Verdaguer Planas).