Un total de 16 funciones, 5 obras, 15 comunas, 3 foros y 2 talleres componen EnlazArte, un ciclo de itinerancia por la Región Metropolitana que reúne distintas disciplinas de las artes escénicas en Chile. Reche en danza, Painecur, en teatro, Kafkü en narración oral, Kuiyen en títeres y Alas de fuego en circo teatro, conforman la cartelera. El proyecto es financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Bajo el concepto de asociatividad surge EnlazArte: Ciclo de Artes Escénicas Itinerante, iniciativa de colaboración entre el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio –institución que la financia a través del Programa de Artes Escénicas Itinerantes Regionales–; la Red de Centros Culturales Públicos de la RM –agrupación que reúne a la mayoría de los espacios que acogerán las presentaciones– y de la compañía Lafamiliateatro, quienes junto a TEATROONIRUS, están a cargo de su organización.
“Cada uno de los artistas que forma parte de este ciclo, durante nuestra formación tuvimos que estudiar la historia del teatro itinerante, por lo mismo el orgullo es inmenso. Nos sentimos herederos de uno de los hitos más maravillosos del teatro chileno y por lo mismo tenemos la responsabilidad de encarnar el espíritu que movilizó a esos artistas admirables que en los 70’ llevaron el teatro a rincones impensados, vinculando a la ciudadanía con una expresión que debe ser considerada propia”, explica Eduardo Luna, director general del ciclo.
La itinerancia, que comienza el próximo 21 de octubre, se llevará a cabo en 15 comunas de la Región Metropolitana: La Pintana, San Joaquín, Recoleta, El Bosque, Talagante, Cerro Navia, Cerrillos, San Bernardo, Lo Prado, Til Til, Paine, La Granja, La Reina, Renca y Peñalolén.
Contemplando una curatoría de obras de destacada trayectoria nacional e internacional, el proyecto reúne a creadores que –desde la particularidad de sus disciplinas– se han preocupado por establecer reflexiones escénicas que den cuenta del conflicto cultural entre lo chileno y lo mapuche, generando puentes de entendimiento que a vista de los últimos acontecimientos en La Araucanía, resultan necesarios de potenciar, sobre todo en la Región Metropolitana, donde se cuenta con la mayor distribución porcentual de personas que se consideran pertenecientes a un pueblo indígena u originario.
De este modo, en danza, Reche, los caciques retornan, a partir de la poesía de diversos escritores, donde destaca el reciente Premio Nacional de Literatura, Elicura Chihuailaf, sumerge en un viaje de reencuentro con los narradores que mantienen viva la cultura mapuche. En teatro, Painecur, a partir de una acuciosa investigación en torno al sacrificio humano ocurrido durante el terremoto de 1960, establece las claves políticas y jurídicas sobre el estado actual de la friccionada relación entre lo chileno y lo mapuche.
En narración oral, Kafkü (susurros ancestrales), Mónica Cañulef tras un proceso de recopilación de antiguas narraciones, nos transmite las enseñanzas de los ancestros en relación a la cultura mapuche y el convivio con la naturaleza, mientras en títeres, Kuiyen sueño mapuche, dirigida por el Tesoro Humano Vivo Sergio “Tito” Guzmán, pone en valor las tradiciones y el valor de los sueños para la cultura mapuche.
Finalmente, Alas de fuego, no aborda directamente el conflicto cultural entre lo chileno y lo mapuche, sin embargo, se inspira en la dualidad mítica entre ángeles y demonios, para mostrar que la luz y la oscuridad conviven, estableciendo una relación dialéctica. Por lo mismo, éste es el espectáculo que abrirá y cerrará el ciclo, simbolizando la necesidad de la coexistencia entre ambas culturas. Ninguna de ellas es sólo ángel o demonio, luz u oscuridad, sino más bien entidades complementarias instaladas en un territorio que les es común.
“Para el desarrollo de este proyecto, uno de los principales ejes de acción fue la creación de redes de colaboración. De este modo 5 compañías que desarrollan distintas disciplinas, junto a 15 espacios culturales públicos, daremos vida a un ciclo de artes escénicas que pretende generar reflexiones urgentes sobre la relación crítica entre lo chileno y lo mapuche en la región que cuenta con la mayor distribución porcentual de personas que se consideran pertenecientes a un pueblo indígena u originario”, concluye.